el hotel es una joya, las vistas desde la terraza son simplemente mágicas, la suite con frescos es súper cómoda y acogedora. el ambiente es de pura paz, y el personal es muy atento y amable. la cena en el restaurante fue una delicia, definitivamente volveré.

la caminata para llegar es bastante agotadora y el wifi fue un poco lento a veces.

Disfruté de una hermosa suite con frescos en el techo que ofrecía una vista espectacular del mar. La cena en el restaurante con estrella Michelin fue inolvidable. La caminata hacia el hotel puede ser un poco agotadora, pero el encanto de los jardines y el ambiente tranquilo hacen que valga la pena cada paso.

Las vistas desde la terraza infinita son simplemente espectaculares, especialmente al atardecer, donde la luz resalta los colores del mar de manera increíble.

El acceso al hotel es complicado, ya que hay que caminar cuesta arriba durante unos 15 minutos, lo cual puede ser agotador, especialmente en el calor del verano.

increíble experiencia de cena en la terraza

vistas impresionantes, comida increíble

piscina fría

La vista al mar es excepcional, pero el acceso al hotel es complicado y agotador.

super recomendado for una noche

espléndida suite, majestuosa vista, desde la terraza se disfrutan panorámicas del mar espectaculares y en los jardines puedes respirar la paz que ofrecen los bellos diseños botánicos de sus flores.

No pude encontrar nada malo

definitivamente regresaría

La habitación que ocupamos era la Suite con techos frescos, super cómoda y luminosa. Desde la terraza se podía ver la impresionante costa amalfitana. Los jardines del hotel están llenos de flores hermosas, un lugar de paz total. El restaurante con estrella Michelin es una delicia, la cena fue inolvidable.

Las vistas desde nuestra habitación con balcón eran espectaculares, permitiéndonos disfrutar de la hermosa costa amalfitana. La atención del personal fue excepcional, brindando un servicio cálido y profesional que realmente hizo que nuestra estancia fuera especial.

Si hubiera tenido auxiliares para mayores, sería perfecto.

Maravillosa vista desde la terraza, pero el acceso al hotel es complicado.

Villa Cimbrone es un lugar excepcional. La Suite Camelia, con frescos en el techo, proporciona un ambiente sereno que invita a relajarse. La cena en su restaurante con estrella Michelin es una experiencia gastronómica única, y las vistas de los jardines son simplemente impresionantes. Aunque hay que caminar para llegar, cada paso vale la pena.

Los jardines del hotel son una maravilla, con un diseño botánico increíble que te transporta a otro tiempo. La Suite con techos de frescos ofrece una vista espectacular del mar Mediterráneo, además de estar finamente decorada con detalles tradicionales.

Acceder al hotel implica una caminata empinada de 15 minutos, lo que puede ser agotador, especialmente en julio. Además, el estacionamiento cercano es inexistente, lo que complica un poco la llegada si tienes equipaje pesado. A veces, la multitud puede hacer que la experiencia se sienta menos privada, ya que se cobra una entrada por los jardines, lo que puede generar confusiones sobre quiénes son los huéspedes del hotel.

La suite era amplia y acogedora, con una cama doble de confort increíble. El desayuno se servía con atención, y avistamos unas vistas al mar que eran de otro mundo. El personal siempre amable y disponible.

Por mi no hay nada que mejorar.

Encanto histórico y vistas impresionantes

El hotel es una joya en la Costa Amalfitana. Desde nuestra Suite Camelia, con su hermoso techo de frescos, disfrutamos de una paz inigualable y vistas espectaculares del mar. Además, la cena en su restaurante con estrella Michelin fue una experiencia inolvidable. Aunque la accesibilidad podría mejorar, cada rincón del lugar vale la pena.